Aros Sagrados Corazones
La devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y María tiene sus raíces en la tradición cristiana, simbolizando el amor profundo y compasivo de ambos por la humanidad. El Sagrado Corazón de Jesús representa el amor sacrificado de Cristo, especialmente manifestado en su Pasión y muerte por la salvación del mundo. Esta devoción surgió con fuerza en el siglo XVII, particularmente a través de las visiones de Santa Margarita María de Alacoque, quien afirmó haber visto el corazón de Jesús rodeado de llamas, herido y coronado de espinas, como símbolo de su amor por los hombres y su sufrimiento por los pecados de la humanidad.
El Inmaculado Corazón de María, por su parte, representa el amor materno, puro y sin reservas de la Virgen María por su hijo Jesús y por todos los seres humanos. Este corazón también es mostrado con una espada atravesándolo, recordando las palabras de Simeón en el Evangelio (Lucas 2:35), que anunciaban el sufrimiento que María experimentaría al presenciar el dolor de su Hijo.
Ambos corazones son símbolos de amor, sacrificio y misericordia, y la devoción a ellos invita a los fieles a reflexionar sobre el inmenso amor divino y a responder con gratitud, reparación y una vida cristiana dedicada a la fe y la compasión.