Santa María Magdalena es una de las figuras más destacadas del Nuevo Testamento y un símbolo de conversión, amor y fidelidad a Cristo. Originaria de Magdala, en Galilea, fue liberada por Jesús de siete demonios, lo que marcó un cambio radical en su vida. A partir de entonces, se convirtió en una de sus discípulas más cercanas, acompañándolo en su ministerio, su crucifixión y su sepultura.
María Magdalena es conocida como la primera testigo de la Resurrección de Jesús. Según los evangelios, fue la primera en encontrar el sepulcro vacío y recibir el anuncio del Señor resucitado, lo que la convierte en «apóstol de los apóstoles», un título que refleja su papel central en proclamar el mensaje de la Resurrección.
Su vida simboliza el poder del perdón y la redención divina, así como la importancia del testimonio personal en la fe cristiana. Santa María Magdalena es celebrada el 22 de julio y sigue siendo una figura de inspiración para quienes buscan una relación más profunda con Dios.
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