Historia de la aparición de San Expedito
En 1781, llegó una caja con reliquias no identificadas a un convento de monjas en París. Las reliquias se habían desenterrado de las catacumbas de la plaza Denfert-Rochereau. El remitente de la caja (desde la misma ciudad) había escrito sobre la caja «Spedito» (‘correo expreso’), probablemente para acelerar su envío. Las monjas supusieron que las reliquias pertenecían a un tal «San Spedito».
El Martirologio romano nombra efectivamente a un mártir desconocido llamado Expeditus.
Las monjas supusieron que este «Santo Spedito» habría sido el mártir que aparecía en el Martirologio, oraron por su intercesión, y cuando sus oraciones se vieron rápidamente respondidas, la veneración de estos restos se expandió por toda Francia y luego por el mundo.
¿Qué dice la historia de San expedito?
La historia dice que San Expedito fue comandante de la XII legión romana (de sobrenombre «Fulminante» debido a una hazaña bélica que la volvió célebre), que estaba acuartelada en el distrito de Melitene (en Capadocia), hoy Malatya (Turquía), sede de una de las provincias romanas de Armenia, a finales del siglo III.
La legión estaba formada en su mayoría por soldados cristianos. Su misión principal era defender las fronteras orientales de los territorios invadidos por los romanos contra los ataques de los hunos.
Antes de su conversión al cristianismo, Expedito tenía una vida disipada.
En el momento de su conversión se le apareció un cuervo (ave que representa al demonio), el cual lo seducía a no convertirse al cristianismo al grito de «cras cras cras», que en latín significa ‘mañana’. Expedito respondió: «¡Hodie hodie hodie!», que significa ‘¡hoy!’ y luego aplastó al cuervo con el pie izquierdo.
Luego de su conversión, comenzó a proteger a los cristianos que eran llevados a los circos romanos para ser devorados por leones. Pero el emperador no podía tolerar que un comandante de legión desafiara sus leyes y que se hubiera convertido al cristianismo. Por esta razón fue detenido e interrogado, junto con otros compañeros de armas que también se habían convertido a la fe.
El 19 de abril del año 303, Expedito fue sacrificado por orden del emperador en Melitene, junto con Cajo, Gálatos, Hermágoras, Aristónico y Rufo. Se impuso la pena de flagelación, se le dio a los reos la oportunidad de arrepentirse y, posteriormente, como se rehusaron fueron decapitados.
Iconografía
Las imágenes de San Expedito lo presentan con ropa de legionario romano, vestido de túnica corta y de manto tirado hacia atrás de los hombros (a la moda militar romana), y con postura marcial. En una mano sostiene una hoja de palma que simboliza el martirio, en la otra una cruz que ostenta la palabra hodie (‘hoy’, en latín, en referencia a la conocida leyenda). Pisa con el pie izquierdo un cuervo que grita «cras» (‘mañana’ en latín).
Devoción a San Expedito
Debido a su nombre (que en español significa ‘rápido’), la devoción popular que lo considera patrono de las causas urgentes; abogado de las causas imposibles (un título que comparte con santa Rita y san Judas Tadeo); protector de los militares, los estudiantes, los jóvenes y los viajeros; patrono de las causas legales demasiado prolongadas y protector de comerciantes y navegantes.
La devoción popular a San Expedito (Celebrada el 19 de Abril) está muy arraigada, pero a pesar de eso, no se lo puede considerar santo «oficial» de la Iglesia católica ya que en 1906 el papa san Pío X ordenó que San Expedito fuera retirado del martirologio porque muy poco se sabe de su vida.