Cruz de la unidad de schoenstatt
La Cruz de la Unidad se ha convertido en uno de los símbolos más característicos del Movimiento de Schoenstatt. En ella se aprecian tres símbolos: la imagen de Cristo, la imagen de María y el símbolo del Padre. La cruz de la Unidad expresa la bi-unidad que Schoenstatt quiere proclamar: Cristo es inseparable de María y María es inseparable de Cristo. El símbolo del Padre, desde la cúspide de la cruz, irradia todo: Cristo y María descansan en el Padre, en la cruz que el Padre ha determinado en su plan de amor, como camino de redención. Además, Cristo y María tienen una postura singular: están vivos y mirándose mutuamente en un profundo diálogo de Madre e Hijo. Del costado de Cristo mana la sangre que recoge María con su cáliz. El hecho de que estén vivos no es simbólico solamente, sino que además quiere hacer patente una verdad de fe: Cristo y María, tanto en la cruz como en la realidad, en la actualidad están vivos en cuerpo glorioso.
La Cruz de la Unidad es la imagen propia del ‘Cristo de las vinculaciones’, cuyo anhelo más profundo es que ‘todos sean uno’, como Él y el Padre son uno. Muestra a Cristo, el Hijo, profunda e íntimamente ligado a María, su Madre, compañera y colaboradora permanente en la Obra de Redención. Es el Cristo de la Unidad que, en la fuerza de su sacrificio y entrega, extendiendo ampliamente sus brazos, une el cielo con la tierra y la tierra con el cielo.
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