La Cruz del Perdón, incorpora elementos adicionales que refuerzan su significado espiritual y la conexión con las bendiciones divinas. Este crucifijo especial lleva consigo la Medalla de la Virgen Milagrosa y la Medalla de San Benito, potenciando su poder protector.
El Papa San Pío X, guiado por la sabiduría celestial, unió las llaves del cielo a este sacramental, La Cruz del Perdón, dotándola de ricas indulgencias que despiertan la desaprobación de Satanás.
Durante la convulsa Primera Guerra Mundial, el gobierno estadounidense extendió un gesto de esperanza a sus soldados mediante la fabricación y distribución de rosarios de guerra. En estos rosarios, una cruz excepcional destacaba: la Cruz del Perdón. Desde 1905, el Papa San Pío X proclamó que todo aquel que lleve o bese la Cruz del Perdón obtendrá una indulgencia de perdón, no solo para sí mismo, sino también para las almas en el purgatorio.
Esta cruz es única, ya que se le atribuye una indulgencia plenaria, un regalo divino que trasciende el tiempo. La indulgencia proclamada por el Papa San Pío X en 1905 sigue siendo un tesoro espiritual vigente hoy en día, recordándonos la importancia de la reconciliación y la misericordia divina.
