Medalla de los Sagrados Corazones
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María son dos devociones centrales en la tradición católica, con profundos significados espirituales y teológicos.
Sagrado Corazón de Jesús: Esta devoción surge en la Edad Media y se centra en el corazón de Jesucristo como símbolo de su amor infinito y sacrificado por la humanidad. La imagen del Sagrado Corazón, con el corazón de Jesús rodeado de llamas y atravesado por una lanza, representa su amor ardiente y su compasión hacia los seres humanos. La devoción se popularizó en el siglo XVII gracias a las revelaciones de Santa Margarita María Alacoque, quien describió visiones del Corazón de Jesús en un acto de devoción y reparación por los pecados de la humanidad.
Inmaculado Corazón de María: Esta devoción está asociada con la figura de la Virgen María y se basa en la creencia de su pureza y amor maternal. El Inmaculado Corazón de María representa su amor puro y sin mancha, así como su sufrimiento y compasión por la humanidad. La devoción a su Corazón se consolidó especialmente después de las apariciones en Fátima (1917), donde la Virgen María pidió la consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado y la práctica de la devoción como medio para la paz y la conversión del mundo.
Ambas devociones subrayan el amor divino y maternal, ofreciendo a los fieles una forma de acercarse a Dios a través de la meditación y la oración, y buscan promover una vida de fe y dedicación.