El Espíritu Santo
Es una de las tres personas de la Santísima Trinidad en la fe cristiana, junto con Dios Padre y Dios Hijo (Jesucristo). Su origen y significado se encuentran en las Escrituras Sagradas, donde se describe como la presencia viva de Dios que actúa en el mundo y en el corazón de los creyentes.
Desde los primeros tiempos del cristianismo, el Espíritu Santo ha sido visto como el Consolador, el Guía y el Dador de vida espiritual. En el Nuevo Testamento, es quien desciende sobre los apóstoles en Pentecostés, dándoles fortaleza y sabiduría para difundir el mensaje de Jesús. Su presencia simboliza la inspiración divina, la paz interior, la renovación espiritual y la santificación, y se representa a menudo con símbolos como la paloma, el fuego o el viento, destacando su poder transformador y su capacidad de guiar a los fieles hacia la verdad y el amor de Dios.
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