Virgen con el Niño o Madonna son las denominaciones convencionales para designar el tema artístico más frecuente en la iconografía del arte mariano y uno de los más tratados en todo el arte cristiano: la representación de la Virgen María junto con el Niño Jesús, su hijo.
La primera representación de Virgen con Niño que se conserva puede ser la pintura mural en la Catacumba de Priscila, Roma, en la que aparece la Virgen sentada amamanta al Niño, quien a su vez vuelve la cabeza para mirar al espectador.