Medalla Virgen de Aránzazu
Nuestra Señora de Aránzazu es una advocación mariana, la imagen es ampliamente conocida debido a las curaciones realizadas y a la protección contra las inundaciones.
Las crónicas sostienen que la Virgen María se apareció en Aránzazu el 11 de junio de 1468 o 1469 al pastor Rodrigo de Balzategi sobre un espino, junto a un cencerro (también se afirma que lo que apareció no fue la Virgen en persona sino una estatua). El hombre, sorprendido, preguntó: «Arantzan zu?» («¿Tú en un espino?»). Desde entonces, los monjes franciscanos han hecho de Aránzazu un lugar de oración, devoción, peregrinaje y promoción de las artes y la cultura.
La Virgen, quien sostiene al Niño Jesús, luce un vestido imperial y sujeta una manzana, símbolo de su papel como la Nueva Eva. La imagen representa concretamente el momento de la aparición, con María de pie sobre un arbusto repleto de espinas del que cuelga una pequeña campana cuadrada.
La imagen es conocida por su controvertida postura; mientras que la estatua original, ubicada en el Santuario de Aránzazu, se encuentra sentada, la venerada en San Mateo se halla de pie. En 2012, la diócesis de Antipolo, por decisión del obispo, resolvió la controversia existente, permaneciendo la imagen de San Mateo en la misma postura en base a las costumbres locales y al deseo de los devotos.
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